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martes, 3 de julio de 2012

Cazando Reliquias


Esta es la segunda historia mercenaria pàra Tercio creativo, al contrario que "trato justo", esta es menos atemporal, y mas detallada historicamente, me explico esta mas documentada en cuanto a personajes y hechos que ocurrieron o pudieron ocurrir en Jaén. Un saludo


 Cazando reliquias


                Año1650, Galena    -Despacho de Juan de Aranda Salazar –

“Mi destino, Galena. Mi objetivo como sabéis, encontrar el manuscrito robado hace unos meses en la catedral de Santiago. Deseo fervientemente hablar con vos sobre ello mi querido amigo. En dos días entrare en la ciudad, nos veremos en la posada más cercana a la puerta de la judería.
Juan, ni un comentario a nadie, es de vital importancia. Convocad en la sierra a las lanzas de jineta.”                                 
Año1650, Galena    -Posada de raro nombre, Judería -
La luna llena me seguía y me ofrecía su luz para ver mi camino, cabalgaba desde el atardecer acompañado por una tormenta, que nos refrescaba a ambos y enfriaba las pezuñas de mi animal, y que se extinguió al entrar en el Reino de Galena.
Hoy he tenido suerte, no me encontrado con bandidos en al sierra, y ya pasada La Guardia y avistando Galena con los primeros rayos de luz del nuevo día a mi espalda, trascurro con mas tranquilidad lo que queda de camino. Dejando tiempo para que se abrieran las puertas de la ciudad y salgan las primeras gentes al campo, disimulando un poco mi llegada.
                Entro despacio en la ciudad, dejo mi caballo a un muchacho que parece honrado ofreciéndole unos maravedíes en recompensa por cuidarlo y vigilarlo hasta la medianoche, con la misión de que para esa hora lo deje en la posada de “El oso Furioso”.
Camino despacio, por entre las estrechas calles de la ciudad, dando buena cuenta de las ropas de las gentes humildes colgadas en el exterior de las fachadas para que se sequen. Cogiendo solo lo oportuno, restregándolo por el suelo y las paredes, dejando que las ropas se ensucien y nazcan jirones. Para con tiento, disfrazarme y salir por otra de las calles con la vista puesta ya en la posada, tuerto de un ojo, cojo, y jorobado. Vagamente llegué a la puerta de la posada, expirando gemidos y arrodillándome quejumbroso en la puerta de esta dispuesto a pedir a los parroquianos para echarme algo al gaznate.
                Atardeció, y supe que era ella. Llegaba también disfrazada, pero su cometido era otro, si quiera me miro al cruzar el umbral de la puerta donde me encontraba. El tiempo pasó lentamente, pero estaba tranquilo. No había duda de que una parte importante de nuestra investigación iría a parar aquí, si acaso con suerte el mismísimo manuscrito.
Ya con la noche cerrada, y las calles tímidamente silenciosas, oía como el galopar de un caballo violaba el silencio, y apareció el. Jactándose de mí entró también en la posada.
                Unos minutos mas tarde salió ella, y yo me fui de allí con la bolsa de cuero pero sin el manuscrito y aquí estoy, eso fue lo que paso desde esta mañana.
                Armando, el manuscrito…, he descubierto que no era robado, lo han traído aquí por orden del obispo, ya marcho en dos ocasiones en el SXIV, como sabéis. Ahora ha vuelto y ya esta custodiado, y empiezan los diálogos con el Reino Vaticano para disputarse el autentico Vera Icon, es el rostro de cristo, y ya lo han alojado en la santa catedral de la que me hago cargo-. Explicaba como respuesta Juan de Aranda,- lo que llevas como has adivinado son gemas, y diamantes, que pertenecieron a un Conde, y antes que él a Salomón. Lo que hay que averiguar es que hacer con la tabla de Salomón.- Armando arrastro la silla y se levantó sorprendido,-¿qué? ¿Esta aquí, en Galena? ¿Quien esta al corriente?
Si Armando, esta aquí, en la catedral, custodiada por templarios de la cruz de Santiago. Olvídate de Las lanzas de Jineta, custodian los caminos de la sierra, por ello no has encontrado obstáculo.
¡Armando, es importante!, aléjate de Galena, llévate las gemas a Ysbilia, poco queda que hacer aquí, yo seguire con mi trabajo. –No, Juan, se lo que voy a hacer, y no será marcharme. Ayúdame a infiltrarme en el clero, como ayudante tuyo. Actuare de buen escriba, y apuntare cada dato de lo que aquí pase, luego ya veremos.

Trato justo



Os presento el primero de los dos relatoa que mande al concurso de Tercio creativo, en este concurso se buscaba dos identidades mercenarias para el juego de miniaturas y este fue mi aporte. Aqui los encontrareis los originales.
Un saludo



Trato justo

                Año1650, Galena    -Taberna el oso furioso - 

Por fin has llegado, ya te creía muerto. ¿Que tal el viaje?-le dijo estrechándole la mano, era el “oso furioso”, el dueño del tugurio al que llamaban taberna, y que estaba atestado de rameras, babosos, y gentes comunes de los alrededores. Mirando de soslayo hacia la chimenea del local, distinguió una figura femenina que le observaba a su vez, –ponme una  cerveza, el viaje como siempre. Tan movido como de costumbre, ya sabes, este trabajo es duro-. Rio atronando con su carcajada a los mas cercanos, pues difícil era por muy  hombretón que fuera de grande silenciar el alboroto que reinaba por doquier; -¡otra cerveza!, los maravedíes cayendo sobre las mesas de madera como apuestas e los juegos de cartas, o los gemidos de placer de alguna de las furcias que trabajaban en la taberna.
-Por cierto, Sam. ¿Quien es la nueva?,-pregunto  Julio, tras un largo sorbo de cerveza que caía entre la espesa barba oscura.- No deja de mirarme, cosa que me complace.
-Hoy es un día raro, Julio-contestaba  “el oso” mientras  atendía bruscamente a dos parroquianos  que ya se tambaleaban-, Esta chica ha llegado hoy al atardecer, lleva tres horas bebiendo vino, y no se a molestado  en dirigir la palabra a nadie, y desde luego aquel que se a acercado ha sido despachado de un puntapié; y también ha aparecido hoy un nuevo mendigo, estaba en la puerta,  al entrar lo habrás visto-.De un golpe dejo sobre la mesa varios maravedíes, como para pagar alojamiento un mes y se fue hacia la chica,-lo he visto “oso”, yo no me preocuparía, es cojo, tuerto y jorobado, poco puede molestar ya el infeliz-, gritaba al posadero mientras se marchaba.
El hombretón caminaba chulesco y  con aire resuelto hacia la chica, que como bien había adivinado no dejaba de mirarle con una sonrisita inocente, en tanto apartaba parroquianos que se encontraba en su camino de un empujón, no sin tener amarrada la vizcaína.

¡Hola guapo! -recibió de la dama,- le estaba esperando.-Esto no le dio mucho que pensar a julio, era muy conocido en la zona por su trabajo, contrabandista y asesino, si encartaba, al mejor postor.-Bien, aquí me tenéis, dispondría su merced de acompañarme a un lugar mas tranquilo donde conocernos mejor, entenderéis que ha sido un largo viaje y necesitaría un descanso,-saludándola y besándole la mano le presento las escaleras que llevaban a las habitaciones.-Vos me conocéis, pero yo desconozco su nombre.
Valeria, señor. Yo os otorgare descanso,- contesto la joven, dejando entrever bajo las ligeras telas su cuerpo femenino. Su pelo moreno bailaba mientras subía las escaleras, no muy alta para ser una mujer de la zona, se movía con agilidad.
La habitación era la más grande de la posada, una cama mullida, rellena de buena paja, y con mantas gruesas de venado. – Poneos cómoda, Valeria, pronto daré buena cuenta de vos. De modo que decidme, ¿cuanto por vuestros servicios?-ella se acercó  y lo abrazó.-Eso se lo dejo a otros, vos me facilitareis el llegar a casa mañana un poco mas…tranquila, (y con el jubón lleno)-pensó para si.-Un trato justo Valeria, hare cuanto este en mi mano para que volváis a casa, pero eso es otra historia-, Valeria lo abrazaba por detrás,  haciendo ademan de besarle, cuando este cerro los ojos  le ensarto entre las costillas con un pequeño puñal que ocultaba-, si, eso es otra historia,- dijo, mientras este caía al  suelo, agarrándolo Valeria para que aquello no fuera un estruendo.

Saliendo como si nada y acompañada de una bolsa de cuero, Valeria abandono la posada. Se acercó al mendigo y se la dio, este con voz apagada le dijo:-cerrado el trato entonces, y le lanzo una bolsita también de cuero aunque mas apretada. Valeria se marcho hacia las caballerizas, dejando tras de si otro trabajo bien hecho.